Doña Berta a los 5 años no sabía leer todavía, pero se fascinaba por las revistas o periódicos en los que veía platos de comida o vasos con bebidas. Su fascinación era tal que comenzó a coleccionarlos y armó una maleta que se convirtió pronto en su maleta llena de sueños, y que guardaba como un tesoro preciado lo que se convertiría su amor por la cocina.
A los 8 años ya se había convertido en una experta para cortar carnes y hacer asados. No podía faltar en las reuniones familiares, en las que todos se fascinaban por esta niña con grandes habilidades culinarias, y, sobre todo, por la dedicación que mostraba.
Desde las aulas del Sena a Gold Coast
Con el tiempo se fue abriendo camino en el mundo de la cocina gracias a las delicias que preparaba. A los 20 años, empujada por su pasión y curiosidad, empezó a ofrecer sus servicios a muchas personas que no conocía, personas que escuchaba hablar de que pronto tendrían una celebración y ella les ofrecía cocinar para ellos y sus invitados, sin recibir pago alguno, solo por la mera satisfacción de hacerlo.
Doña Berta tenía el sueño de estudiar cocina, pero entrar al SENA (entidad de formación para el trabajo del Estado colombiano) era complicado. Pasó dos años viendo a lo lejos las cocinas del Sena, donde se disponían ingredientes y métodos de preparación.
Con el tiempo hizo varios amigos en esta escuela, uno de ellos le explicó cómo entrar al edificio más no a las clases; le presentó varios profesores de cocina quienes le recomendaron ir a la biblioteca y estudiar lenguaje culinario. Leyó muchos libros, se instruyó lo más que pudo, y cada año cuando había inscripciones allí estaba ella, dispuesta a conseguir un cupo. Aunque no lo lograra, no se desanimaba, al contrario, esto la llenaba de más ímpetu, y se “sentía en el cielo” con solo poder estar dentro del edificio del Sena.
Con mucha paciencia, llegó el día. Fue aceptada en el Sena y comenzó a estudiar. “Estaba prohibido escribir, solo prestar atención y preparar platos siguiendo las indicaciones del chef profesor. Tenía un gran cuaderno en el que escribía recetas luego de terminada la clase. Fui la única que hizo esto. Estudiaba todas las tardes y nunca falté”.
A la par de esto, doña Berta ofreció gratis sus habilidades culinarias a una casa de banquetes para adquirir experiencia, y también a las afuera de Bogotá - su ciudad natal- ofreció sus servicios. Así fue conociendo cómo es el rol de una cocina, y fue aumentando su amor por este arte y pasión “que lo vuelve a uno loco”.
Al tiempo, junto a su esposo, trabajó para importantes eventos, como candidaturas presidenciales, reinados de belleza, reuniones sociales en fincas de ministros de Colombia, y a la vez continuaban con sus trabajos habituales, ella en un restaurante y su esposo como plomero.
Más adelante tuvieron una pequeña casa de banquetes, y luego un restaurante en el que prepararon almuerzos y dietas para actores de renombre en el país que pertenecían a producciones de Jorge Barón. Su pequeño restaurante cerró debido al Proceso 8000, un proceso judicial que afectó a Colombia en 1994.
Comida latina en Australia, el comienzo de un viaje que no acaba aún.
Por esa misma época, doña Berta decidió irse a Australia, país que le abrió las puertas desde hace 14 años, y en donde fue premiada a lo largo de 8 años como chef del mes tres veces en el restaurante Star, antes llamado Jupiter.
Hace un año junto a su esposo abrieron el restaurante Doña Berthas' en Gold Coast ofreciendo comida a todas las comunidades latinas que hacen vida en esta ciudad australiana.
La historia de doña Berta está llena de pasión, perseverancia y amor por lo que se hace. De su cocina solo salen platos que recuerdan al hogar y dibujan una sonrisa en el corazón a todos aquellos que están lejos de casa.
El éxito de su restaurante se debe no solo a su deliciosa comida, sino también por el cariño que le tienen las personas a Doña Bertha Santana, quien es un miembro muy importante dentro de la comunidad colombiana en Gold Coast. Siempre la encontrarás en su restaurante, con una sonrisa y sus brazos abiertos para recibirlos a todo.
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